El 25 de abril de 1926 se estrena en La Scala de Milán la ópera Turandot de Giacomo Puccini, que ocupa el puesto 15 de entre las 100 óperas más representadas actualmente en el mundo.
Una de las partes más difíciles de la ópera se encuentra en el segundo acto y se inicia con la frase In questa reggia, cuando Turandot explica la razón de su comportamiento. Musicalmente, esta parte exige sobreagudos a cargo de la soprano que, combinados con la capacidad wagneriana que requiere el personaje, la hacen particularmente difícil.
En el tercer acto se encuentra una de las arias más conocidas para tenor, Nessun dorma, que representa la victoria del amor sobre el odio, donde Calaf clama que nadie se duerma para descifrar el nombre del joven héroe.
La ópera, inconclusa por la muerte de Puccini, fue completada por Franco Alfano y siempre hemos querido pensar, quizás en un exceso de romanticismo, que de haberla concluido el propio Puccini, le habría dado otro destino a la fiel Liu. De hecho, fue el hijo de Puccini quien encargó terminar la ópera a Franco Alfano, en contra de la última voluntad escrita de su padre, quien quería que la terminara otra persona.
Durante el estreno y en la mitad del acto tercero, dos compases luego de las palabras "Liù, poesía!", la orquesta se detuvo, Toscanini bajó la batuta, se volvió al público y dijo "Qui il Maestro finí" ("Aquí terminó el maestro"). El telón descendió lentamente. Las representaciones posteriores incluyeron el final compuesto por Alfano.
Precisamente es al personaje de Liu, interpretado aquí por Barbara Frittoli a quien queremos homenajear como última parte de esta nota.
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