¡Que gran jornada la que vivimos ayer!.
Podemos clasificarla como absolutamente completa en todos los aspectos.Hace mucho tiempo que teníamos verdadero interés en poder visitar con todo el Grupo el Panteón de Marinos Ilustres en el que en el marco de un edificio de planta rectangular coronado por una gran lámpara de 500 kilos de peso y 32 escudos heráldicos, con dos preciosas capillas en su parte posterior, reposan los restos de los grandes marinos españoles y desgraciadamente poco reconocidos en su mayor parte por parte de un país como es España, propicio a olvidar a sus grandes heroes. ¡¡¡Así somo los españoles.!!!
Al margen de los grandes mausoleos e historia de aquellos cuyos restos reposan en ellos, hubo dos detalles que nos llamaron extraordinariamente la atención y nos conmovieron.
El Salón de Símbolos dedicado a todos los marinos que reposan en las profundidades de los mares, con la impresionantes imagen del Cristo de los Navegantes (copia del de Juan de Mesa que procesiona todos los años en la Semana Santa sevillana).
Y el párrafo final de la oración en el que se pide por los enemigos que murieron en combate con nobleza y honor.
Tras la visita y dar cuenta de un excelente desayuno en las instalaciones castrenses, pasamos a visitar el Real Observatorio de la Armada, con especial detalle de todos los elementos científicos utilizados para marcar la hora oficial de España y de su impresionante libreria y colección de aparatos antiguos de medición del tiempo.
Tras una magnífica comida en la Residencia Militar de la Cortadura pudimos disfrutar de un magnífico paséo hasta el Castillo de San Sebastián para ya cayendo la noche, iniciar el viaje de regreso a Sevilla.
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