Tras un estreno absoluto y regalo a la OSC por su compositor Cesar Camarero, con una bonita introducción en forma de lectura de poema por una preciosa voz, tuvimos ocasión de confirmar lo que ya pensamos de Leonard Bernstein, en el sentido de que nadie como él ha sido capaz de llevar el ambiente de New York a las partituras musicales. En algunos momentos nos vimos totalmente sumergidos en el ambiente portuario de New York de los años 50. Absolutamente Genial On the Waterfront
Tras ello, vino la Octava Sinfonía de Dvorak, que sin una difusión y, por que no decirlo, belleza y brillantez de su novena nos permitió verificar la gran interpretación solista de muchos de los músicos, con especial atención a los metales.
En el entreacto, se hicieron entrega de los Premios Extraordinarios a los alumnos del Conservatorio en las modalidades de Composición, Flauta travesera, Oboe y Violín.
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