CONCIERTO APERTURA DE CURSO

Resulta admirable que cuando se asiste a un concierto salgamos de él, no solo con la percepción y satisfacción de la belleza de la música escuchada, sino además con la satisfacción de haber conocido cosas nuevas.
Seguro que eso nos sucedió a muchos de nosotros con el descubrimiento de las 4 Estaciones de Buenos Aires (o Porteñas), y nos ratificó en algo que defendemos a ultranza como es la realidad de que también en nuestros tiempos modernos se puede escribir música de la belleza de lo que ayer escuchamos.
Los programadores tuvieron también el gran acierto de intercalar los distintos conciertos de Vivaldi con los de Piazzolla e incluso avanzar en cada estación para que se terminara con la primavera porteña, al igual que se comenzó con la de Vivaldi, con esas etéreas notas del clavicordio replitiendo las conocidas barrocas.
Escuchando al director y solista Eric Crambes pensábamos asimismo en los grandes músicos que conforman nuestra ROSS, debiendo también mencionar al cellista Dick Vanhuise, excepcional en su largo solo al término del Otoño porteño.
Para poner la guinda en el pastel, la ROSS nos regaló una extraordinaria propina, y cuando lo mas evidente hubiese sido escuchar algunas de las piezas mas populares de Piazzolla, como Libertango o Adios Nonino, que compuso en recuerdo de su padre, Eric Crambes volvió a dar un giro de tuerca para abordar uno de los mas bellos tangos instrumentales jamas compuestos y que requiere un gran esfuerzo físico y emotivo del solista  como es Oblivion, y que ofrecemos a continuación para que podamos deleitarnos de nuevo con su escucha.