El día 20 de Septiembre tiene en común, el haber sido la fecha de fallecimiento de dos grandes músicos.
En el año 190 fallec en Biarritz el pamplonés Pablo Sarasate, compositor y además uno de los mas virtuosos violinistas de todos los tiempos.
La Condesa de Espoz y Mina le concedió una pensión para estudiar en Madrid. Una vez en la capital de España, la reina Isabel II le concedió una beca para ampliar sus estudios en París, a donde se trasladó en 1856, y allí ingresó en el Conservatorio bajo la tutela de Jean-Delfin Alard.
En dicho viaje a París, al pasar por la localidad de Biarritz, él y su madre enfermaron. Falleció la madre, lo que lo dejó huérfano a la edad de doce años.
El rápido éxito que obtuvo como ejecutante le hizo abandonar sus estudios de armonía y composición. Viajó por toda Europa dando conciertos. También fueron frecuentes sus desplazamientos a América del Norte y Sudamérica. Según la prensa de la época, sus conciertos y recitales fueron memorables. Fue poseedor de dos violines Stradivarius, uno regalado por la reina Isabel II de España y adquirido a Jean Baptiste Vuillaume y otro comprado a Gand y Bernardel.
Escuhemos a Anne Sophie Mutter en la composición de Sarasate Fantasía sobre Carmen.
En el año 1957 fallece Jean Sibelius, compositor finlandés. Considerado un excepcional artista en Finlandia, desempeñó una función determinante entre finales del siglo XIX y principios del XX en la creación de un estilo musical propio dentro del género.
Sobre el valor de su obra, hay posiciones muy encontradas: mientras el crítico y teórico alemán Theodor Adorno le considera un compositor amateur y anticuado, el compositor húngaro Béla Bartók lo sitúa entre los grandes autores de su época.
Efectivamente, la música de Sibelius no deja a nadie indiferente, aunque basta escuchar su famoso Vals Triste para apreciar toda la belleza de sus composiciones.
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