Cuando íbamos camino de nuestro punto de encuentro tuvimos ocasión de servir de cicerones de un matrimonio francés que nos hicieron algunas preguntas y nos expresaron su sorpresa al haberse encontrado con un Parque de tal belleza. ¡Lástima que no pudiéramos invitarlos a nuestra visita!
Fue un magnífico paseo al mismo tiempo que tuvimos ocasión de visitar pabellones que hasta este momento no habíamos tenido ocasión de hacerlo y al que se sumó la excelente temperatura de la que ayer disfrutamos.
No obstante, no sería sincero por nuestra parte si no señalamos algunos aspectos que al mismo tiempo puedan servir de mejora para otras ocasiones, como la actitud por parte del personal del Pabellón de Portugal que mostraron poca cordialidad, en contra de lo que es habitual en el pueblo portugués.
Asimismo, y salvo alguna excepción, los pabellones que se visitaban en su interior se limitaban a un pequeño espacio, prácticamente el patio de entrada y que daba tiempo no obstante, por citar un ejemplo, para en una decoración árabe como en el Pabellón de Marruecos ocupara casi todo el espacio de una pared un mueble de estilo castellano y otros elementos absolutamente inapropiados.
Son detalles que no suponen un desembolso económico, sino solamente de tener sentido de la estética.
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