San Manuel Bueno, mártir, está considerada como la obra maestra de Miguel de Unamuno, así como su testamento espiritual.
La novela muestra un espacio no descriptivo en el que se asientan los símbolos clave de la dialéctica entre fe y duda: el lago, la montaña, la nieve, la villa sumergida, etc.
San Manuel asume esta lucha y se convierte en mártir en tanto toma sobre sí la duda y la sufre por toda la comunidad que, sumida en el engaño, avanza cohesionada por esa supuesta verdad no cuestionada.
La fuerza del conflicto central (encarnación de lo que en el siglo XX se llamaría la duda existencial, el silencio de Dios o la pérdida de la fe) favorece la vigencia del libro, donde aparece también una amorosa, y muy actual, atención al paisaje, dispuesto todo ello con gran sencillez compositiva, lo que facilita la lectura y justifica su presencia en cualquier colección.
Se trata de una pequeña obra en cuanto a su tamaño, de poco mas de 100 páginas, según la edición, y cuya lectura ha sido encarecidamente recomendada a los compañeros que estamos cursando el Seminario de Aprender a Pensar: Historia de la Filosofía.
Dado que es una obra sobre la que ya no existen derechos de autor, es fácil encontrarla en formato pdf en la Red.
Don Manuel, por sobrenombre Bueno (apelativo que toma Unamuno de Alonso Quijano, el Bueno), párroco de Valverde de Lucerna, es el personaje central de la novela y una de las más complejas criaturas de ficción unamunianas. La novela se organiza en torno a su lucha interior y a su comportamiento para con el pueblo. En don Manuel se condensan además muchos de los problemas que inquietaron a Unamuno durante su vida.
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