jueves, 9 de mayo de 2013

APOTEOSIS CON MAHLER


Son muchos y grandes momentos los que nos ha deparado la Orquesta Sinfónica Conjunta desde su creación, refiriéndonos a las actuaciones en su sede del Auditorio de la Escuela de Ingenieros, en la Cartuja.
Ya el pasado curso mostraron su madurez al enfrentarse con partituras de compositores como Bruckner y Mahler con su Canción de los Niños Muertos.
No obstante, y mientras llegue el momento de abordar alguna de las grandes sinfónias de Beethoven, la de anoche podemos considerarla como un hito importante en su consagración, con una formación orquestal al completo, que hizo quedarse pequeño el escenario, para dar cabida a los aproximadamente 100 músicos que hubo de albergar.
A la hora de valorar una actuación como la que vivimos anoche, pretendemos tener en consideración que se trata de una orquesta compuesta en casi su totalidad por jóvenes estudiantes del Conservatorio Manuel Castillo, pero sinceramente: Al terminar en una apoteosis final el tránsito de las tinieblas a la luz en el impresionante 4º movimiento en el que el optimismo vence al carácter fúnebre impuesto en el 3er. movimiento, ¿Alguien pensó en que no era una gran orquesta profesional la que acabábamos de escuchar?. Los Aplausos y los Bravos, sonaron como nunca en Ingenieros, y tras unos cambios de impresión y fotos "de familia" en el hall, todavía estábamos embargados por la emoción.

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