Finalmente no se ha podido llevar a cabo el rezo del Via Crucis con las imagenes de nuestras cofradias y que hubiesen añadido mas esplendor al acto. Un esplendor que solo Sevilla es capaz de aportar.
No obstante, y a falta de las imagenes, el Via Crucis se ha desarrollado en el interior de nuestra Catedral, donde todas las puertas han permanecido abiertas y a pesar de ello con un gran recogimiento y emotividad, conscientes del momento histórico que estábamos viviendo todos los que allí nos encontrábamos.
Al finalizar el Rezo, el El arzobispo de Sevilla, con el Lignun Crucis de la Hermandad de la Vera-Cruz, ha impartido la bendición a los asistentes.
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