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| Emilia, María Rosa y Mento, junto a Carlos Alvarez |
Dicho de un artista del mundo del espectáculo, y en especial de un cantante de ópera: Que goza de fama superlativa.
En muchos casos sucede que estos "divos" van acompañados de otra acepción como es la de "soberbio, enreido, arrogante".
Ayer, todos los que llenamos el auditorio de CICUS, entre los que se encontraban una treintena de compañeros de La Décima, pudimos verificar una vez mas que a CARLOS ALVAREZ solo se le puede aplicar el primero de los significados. Pocas veces podremos encontrarnos con una persona de su gran categoría profesional, y al mismo tiempo tan cercana.
En su intervención de ayer nos permitió adentrarnos en la personalidad tan compleja de Verdi, mucho mas allá de la ópera que se analizaba, y su trato y exigencia con directores de escena, figurinistas, libretistas, cantantes y en resumen todo lo que contribuye al éxito de una representación. En definitiva, todo eso hizo grande a Verdi.
Nos confirmó asímismo, el trato de Verdi hacia el papel de baritono en sus óperas, de tal forma que son muchos los casos de tenores que se deslizan hacia el de barítono para poder hacer esos papeles. Ahí tenemos el caso de Plácido Domingo, al que recientemente hemos visto como barítono en papeles como Simón Bocanegra o Rigoletto.
Sabíamos que CARLOS ALVAREZ se pemitió rechazar una oferta de Mutti para representar Rigoletto en la Scala de Milán, aunque estábamos lejos de sospechar el motivo:
En aquellos momentos, sin haber cumplido los 30 años, no conocía el sufrimiento personal ni la paternidad, como para meterse en el papel del bufón y así se lo hizo saber por carta al maestro Mutti. Hay que tener una gran personalidad y responsabilidad para rechazar esa excepcional oportunidad.
Carlos Alvarez, con su aspecto físico heroico, con aire de Capitán Alatriste, tuvo la heroicidad de esa respuesta.
Ofrecemos el siguiente video a modo de Tributo a CARLOS ALVAREZ.
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