Suponemos que serían muchos los que se sorprendieran cuando hace algún tiempo circularon unos correos con imagenes de un enclave en Portugal, absolutamente subyugante por la rareza de su construcción.
Nos referimos al pueblo de Monsanto, que tiene su origen en el paleolítico y que tras muchas vicisitudes fué donado en el siglo XII a la orden de los Templarios, quienes construyeron un inexpugnable castillo, que posteriormente fué objeto de muchos ataques, incluidos los de tropas expañolas en los siglos XVII y XVIII, que se quedaron en intentos baldíos.
Este castillo solo pudo ser destruido por un accidente, ya en el siglo XIX al explotar el almacen de municiones que se encontraba en su interior.
Pues bien, no queriamos perder la oportunidad de visitar Monsanto, y en el viaje de ida a nuestro destino en Lisboa, nos desviaremos de la ruta para pasear por sus calles, construidas como las casas, sobre la roca granítica.
Evidentemente, será una gran experiencia para muchos de nosotros que justificará por sí sola, parte del viaje.
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